El perdido busca en la tormenta
un nombre para el Sin Nombre. y para probar
nombra un nombre.
El que en un esfuerzo interminable
aprendió a vivir sin nombre
aúlla su tormento
y se tambalea en el nombre
que para probar
nombró el perdido.
El Sin Nombre
se pierde en el nombre
para su ningún nombre. Y tambalea
en la tormenta de su aullar: perdido
en la tormenta
enseñando una flor nacida
del tormento de su esfuerzo interminable
para probarse Dios:
en la tormenta
buscando perdido
al que perdido lo pierde
nombrándolo así
con ese nombre.
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